El sistema linfático está formado por un conjunto de órganos, conductos, ganglios y vasos que transportan un líquido, la linfa, hasta la sangre, y constituye una de las partes centrales del sistema inmunológico.
La linfa está formada por glóbulos blancos y un líquido con proteínas, grasas, agua e hidratos de carbono. Cuando surgen dificultades en este sistema o se quieren estimular determinadas zonas, se puede recurrir a un masaje que se conoce como drenaje linfático que ayuda a depurar el organismo de sustancias de desecho y también a protegernos de bacterias o virus.
Este método actúa directamente sobre los tejidos y los líquidos que en ellos se alojan, con el objetivo de recuperar su equilibrio.
Su aplicación es a través de suaves, rítmicas y lentas tracciones de la piel que dirigen la linfa hacía los ganglios linfáticos, favoreciendo así su retorno.
Quiénes pueden beneficiarse:
- Trastornos vasculares periféricos (varices, piernas cansadas)
- Trastornos del sistema linfático
- Linfedemas y retención de líquidos
- Cáncer (linfadenectomías)
- Edemas de origen traumático
- Edemas postquirúrgicos
- Trastornos osteomusculares y del tejido conjuntivo
- Trastornos dermatológicos
- Trastornos del aparato digestivo
- Fines estéticos (Ayudante de dietas de adelgazamiento, celulitis, rejuvenecimiento facial)