Es muy frecuente hoy en día la presencia de dolores corporales producto de los trabajos repetitivos, posturas prolongadas que van alterando la estructura del cuerpo. Comúnmente se le denomina mialgia a cualquier dolor corporal que involucra un musculo o un grupo de los mismos, pero hay dolores que van más allá de los componentes musculo esqueléticos, y que en los últimos años se ha indagado con mayor profundidad sobre dolores que afectan otro tipo de estructuras del tejido conectivo, llevándonos al término de Síndrome de disfunción miofascial.
¿Qué es la Fascia?
Es definido en la literatura con una aponeurosis, que corresponde a una membrana fibrosa blanca, luciente y resistente, se puede considerar como una de las formas del tejido conectivo, el más extenso tejido del organismo, que sirve de envoltura de todas las estructuras del cuerpo, conectándolas entre sí, brindando soporte, participando en el movimiento corporal, como otras actividades biomecánicas y bioquímicas.
¿Qué es el Síndrome de Disfunción Miofascial?
Es determinado a un conjunto de síntomas producto de una tensión fascial patológica excesiva o disminuida que desencadena dolor inespecífico e irradiado, causando anomalías en la correcta respuesta estabilizadora de la fascia y llevan a una alteración del funcionamiento de la estructura corporal. Puede ser ocasionado por traumatismos directos, sobrecargas crónicas o intermitentes o inmovilidad prolongada que al acumularse lentamente y gradualmente, cambian el comportamiento mecánico de la fascia, disminuyendo su elasticidad y su capacidad de defensa.
¿Qué puede ocasionar la Disfunción Miofascial?
Al perder las características propias de la fascia, cambia la forma de nuestros patrones de movimiento. Empezamos a actuar de una forma diferente: menos efectiva, menos precisa, con un mayor gasto de energía y con una progresiva sobrecarga en diferentes segmentos del aparato locomotor. Afectando también al funcionamiento articular adecuado, influyendo con el tiempo en la realización de movimientos básicos
de la vida diaria. Perpetuando posturas inadecuadas, transformándolas en habituales y alterando a largo plazo la alineación, a su vez perpetuando el dolor de las estructuras y aparición de patologías crónicas.
¿Cómo funciona el sistema Miofascial?
Diferentes autores han definido varias cadenas miofasciales o vías anatómicas que establecen relaciones en diferentes estructuras determinadas y que pueden repercutir más directamente unas con otras. Constituidas por unidades de tejido conjuntivo o miosfascial, estas estructuras deben presentar una continuidad de las fibras fasciales, con líneas de tensión o líneas de trasmisión pasando por estructuras ligamentarias u articulares, unidas e integradas por el principio de tensegridad.
¿Cómo se puede manejar estas restricciones?
La forma en que se liberan las restricciones del sistema fascial es aflojándolas, estirándolas o rompiéndolas. Incluso al liberar el tejido, posteriormente, en el período entre las sesiones, puede retraerse y restringirse de nuevo. Las técnica manual indicada es la Inducción miofascial
¿Qué es inducción miofascial?
La inducción miofascial es un proceso simultáneo de evaluación y tratamiento, en el que, a través de movimientos y presiones sostenidas tridimensionales, aplicadas en todo el sistema fascial, se busca la liberación de las restricciones del sistema miofascial, con el fin de recuperar el equilibrio funcional del cuerpo. Se realizan técnicas individualizadas según la patología tratada, así como también según las condiciones individuales del paciente en cuanto a su edad, condiciones físicas, emocionales, culturales, sexo, etc.
¿Quiénes pueden ser tratados con estas técnicas de inducción?
En teoría, toda persona puede recibir y beneficiarse de la aplicación de las técnicas de inducción miofascial, y cualquier fisioterapeuta puede recibir el entrenamiento y, posteriormente, aplicar las técnicas.
Es importante recalcar que el manejo dependerá de la patología y nivel de cronicidad del paciente, varia el tiempo entre una persona y otra, un sistema fascial que se encuentra en un largo proceso de inmovilización tiende a producir dolor, y no es fácil liberar al paciente de este tipo de dolencias. En ocasiones paciente que no logra la autocorrección necesita un tratamiento más largo y más frecuente, que incluiría también un programa individualizado de ejercicios y reeducación postural.
MIALGIA, Tomado de: https://es.slideshare.net/xconox/mialgia
PILAT ANDREJ, Terapias miofasciales: Inducción miofascial, aspectos teóricos y aplicaciones clínicas. Editorial McGraw-Hill. Interamericana.
MYERS THOMAS, Vias anatómicas: Meridianos miofasciales para terapeutas manuales y del movimiento. Editorial Elsevier.